Se tiene constancia de la elaboración de vino en Mallorca ya desde los siglos VII y VI a.C., y de la importancia de ésta en Porreres tras la reconquista en 1229 por parte de Jaime I y la concesión de licencias para el cultivo de la viña.
La elección de este municipio para iniciar este nuevo proyecto no es casual. Sus fértiles tierras y la facilidad para obtener agua en ellas, nos asegura un cultivo favorable y una uva de calidad; incluso nos permite utilizar con éxito variedades poco utilizadas en Mallorca y buscar la originalidad.